Una pequeña sorpresa por parte del autor alemán. Es de esos juegos que fue descartado automáticamente al ser anunciado al oler demasiado a refrito. Y, aun siendo un refrito, es de los que usan aceite nuevo y de gran calidad, quedando una fritura crujiente y sabrosa, nada pringosa. Además, los elementos a nivel de diseño que le permiten desmarcarse de sus hermanos mayores funcionan a las mil maravillas, generando una gestión de los tiempos casi adictiva. Es cierto que tiene momentos en los que las decisiones pueden resultar obvias. Pero es de esos juegos que están bien medidos en duración y te dejan con un muy buen sabor de boca, con la sensación de haber tomado muchas decisiones en un corto intervalo de tiempo. La producción a nivel de componentes es más que correcta. A nivel visual seguramente genere más rechazo que otra cosa, pero a mí me parece funcional.
Ir a la reseña