¿De qué va?
Todo empezó con un restaurante. El cocinero apenas sabía guisar, y cuando las bebidas se terminaban enviábamos al chaval a por más al super de la esquina.
Pero esa pancarta fue una buena inversión, dejamos de ser el restaurante de la esquina para ser la hamburguesería de referencia. Más managers, guerra de precios, mailing, hasta contratamos un avión para pasear una pancarta por el cielo. A ese restaurante le siguieron otros y como suele decirse el resto ya es historia.
Food Chain Magnate es un juego estratégico en el que a base contratar personal crearemos nuestro imperio de restaurantes de comida rápida.
Con unas reglas tremendamente asequibles tendremos un juego de anticipación, adaptación y estrategia. Cada turno escogeremos los trabajadores activos de esta ronda y los colocaremos creando una jerarquía empresarial.
Esto nos permitirá ejecutar distintas acciones: contratar, promocionar, expandirnos, crear campañas de marketing, conseguir las bebidas y por supuesto cocinar. Si los chicos de marketing han hecho bien su trabajo los ciudadanos saldrán a la calle en busca de comida. El restaurante que les ofrezca lo que quieren al mejor precio y distancia se llevará la venta.
Cuando se termine el dinero de la banca se revelarán las cartas de reserva de los jugadores que han escogido al principio de la partida y determinarán la cantidad de dinero a añadir al banco (y por lo tanto, si será una partida a corto medio o largo plazo). Cuando se termine por segunda vez el jugador con más dinero será el vencedor.
¿Qué me gusta?
Es un juego con una tremenda profundidad a pesar de tener unas reglas tremendamente sencillas. Debido a las milestones cada decisión que tomemos por pequeña que sea tiene unas implicaciones que pueden durar el resto de la partida.
Con la variedad de cartas y la disposición aleatoria del mapa hay múltiples maneras de conseguir nuestro objetivo y si no estamos atentos nos pueden dar la vuelta a la partida en un abrir y cerrar de ojos.
El juego apenas tiene entreturno ya que la fase que necesita más planificación es la de montar nuestra jerarquía y esta la hacen todos los jugadores a la vez.
Las mecánicas del juego representan muy bien la realidad y te metes de lleno en el tema, no hay nada más divertido que arrebatar una venta porque tienes más y mejores camareras o porqué te has dedicado a reventar precios. Por no hablar de hacer una campaña de publicidad de pizza cuando tu oponente solo sabe hacer hamburguesas.
¿Qué no me gusta?
Al juego básicamente se le pueden poner un par de pegas. La primera es el precio. Splotter es Splotter. Un juego al año y precio fijo. Los componentes están bien pero francamente el juego podría costar 40-45€ y a todos nos parecería más que justo. El problema me imagino está en la demanda y en las tiradas. Son juegos duros (aunque creo que este es el más asequible) y por eso sus tiradas eran de 1000 y hasta que se acaben.
Esto repercute en que el precio unitario sea más elevado. La otra pega es la ilustración de las losetas del tablero que son espartanas y austeras. Con un poco de gracia habría quedado un tablero central mucho más vistoso. Así como las ilustraciones de las cartas son un acierto el tablero hace aguas por todos lados.
Veredicto
Food Chain Magnate me ha parecido un juegazo. Ha sido mi primer Splotter y creo que algún otro va a caer. Se podría decir que FCM es un claro ejemplo del tipo de juego que me gusta a mi. Duro, exigente con estrategias a largo plazo pero la constante necesidad de vigilar a nuestros oponentes.
De esos juegos que cuando terminas ya estás contado las horas para jugar la siguiente partida. Splotter Spiele entra directo al olimpo de mi ludoteca y es que aunque cueste como dos juegos, prefiero rascar el bolsillo y tener un juego que me entusiasma a dos que ni fu ni fa. Imprescindible.