Esta semana llegaba a las tiendas lo más nuevo de Stefan Feld: Bora Bora. Aunque tengo aún bastantes juegos por estrenar el amigo Feld se merece un pequeño enchufe y se ha saltado la cola como un campeón.
Hacía tiempo que no compraba un juego sin antes haber mirado reviews o haberme leído las reglas, pero Stefan es uno de los pocos autores con los que aún me permito hacerlo. Es una sensación totalmente diferente la de abrir un juego y no saber que te encontrarás dentro y hacia tiempo que no la tenía.
La caja viene cargada y su peso sorprende. La caja es la de alea de toda la vida como el Die Burgund, o el Notre Dame pero pesa mucho más. El motivo del peso no es otro que la excelente calidad del cartón, las losetas son gruesas de verdad y además trae bastante madera. Ojalá las losetas del Die Burgund fueran así, todos los componentes son excelentes pero si nos ponemos exigentes los sacerdotes podrían ser al estilo Ora et Labora y el papel del manual un poco más grueso, en serio al leer la página apenas se mantiene firme…
Las reglas intimidan bastante, no son muchas páginas pero van condensadas y hay muchos conceptos que digerir. A diferencia de otros juegos de Feld los mecanismos parecen estar mucho más conectados que por ejemplo en Trajan. A continuación voy a resumir un poco por encima las reglas, antes de jugar haced una buena leída ya que es muy fácil pasar por alto detalles y no voy a entrar en profundidad.
En este juego nos ponemos en el papel de una tribu que habita en las islas de Bora Bora, y nuestro objetivo es convertirnos en la tribu más influyente a base de expandirnos hacer gala de nuestros guerreros tatuados, las joyas fabricadas por las mujeres y nuestra buena relación con los dioses.
En el tablero principal hay una serie de islas divididas en 4 tipos de terreno y con unos caminos para conectar las zonas indicando la dificultad de exploración. Cada jugador dispone de un tablero donde hay un jeroglífico resumen de las reglas, 12 casillas con unas cabañas que se irán colocando en el tablero central. En cada hueco de nuestro tablero podremos colocar un hombre o una mujer como representante de las habilidades de la aldea que hemos fundado al colocarla en el tablero.
La mecánica principal del juego es una selección de acciones con dados algo parecida a Die Burgund pero con unos matices muy interesantes. En este caso cada jugador tirará 3 dados y por orden de turno colocará un dado en una de las acciones disponibles.
El toque interesante consiste en que si ya hay un dado en esa acción deberemos colocar uno que tenga un valor menor pero a menudo cuanto más alto sea el valor mejor será la acción realizada de modo que hay una interesante disputa por las acciones. Jugar un 6 en una nos va a dar un muy buen resultado pero quedará abierta la acción para los demás jugadores (aunque habremos eliminado la posibilidad de colocar un 6).
Como veis un 1 puede ser demoledor para los oponentes cerrando una acción (aunque los dioses tienen algo que decir al respeto). Las acciones disponibles son:
- Expandir(Tierra o Mar): Colocamos una de las chozas de nuestro tablero en una de las regiones del mapa adyacente a una de nuestras aldeas. Para ello el dado usado deberá tener un valor igual o mayor al del camino para hacerlo. Con esta acción a parte de obtener el recurso que genera la zona (madera, arena, piedra o ofrenda) haremos espacio en nuestro tablero para colocar un hombre o mujer.
- Mujer: En el tablero central hay distintas trabajadoras colocadas del 1 al 6 con distintas habilidades, normalmente relacionadas con las acciones que se describen aquí. El valor del dado nos permite escoger una entre todas las de valor igual o inferior y colocarla en uno de los huecos de nuestro tablero.
- Hombre: Idéntico al de mujer pero con una hilera de hombres.
- Templo: Cada jugador dispone de 4 sacerdotes con esta acción podemos colocar uno de ellos en el templo que tiene una hilera del 6 al 1. Lo podremos colocar en una posición menor o igual al valor del dado desplazando los sacerdotes en cadena. Cada sacerdote en el templo nos dará puntos al final de la ronda y obtenemos un bonus de fuego que explicaré más adelante
- Ayudante: Una especie de comodín que nos permite comprar recursos, ofrendas, cartas de dios, puntos de victoria, tatuar guerreros o conseguir conchas.
- Construir: En cada tablero hay una cuadricula de 4×3 con distintos recursos pintados si tenemos dos materiales juntos ya sea vertical u horizontalmente podemos construir en esas casillas uno de nuestros edificios numerados del 1 al 6 que tenga un valor menor o igual al del dado obteniendo puntos de victoria (10/7/4 en función de la ronda). Construir da un bonus de fuego.
Ayer lo jugaron en la asociación (yo me lo perdí, por desgracia) y terminaron los 4 encantados. Con la cabeza un poco frita, pero les gusto mucho a todos. A mí me toca probarlo el miércoles, así que diré algo. Un saludo!
Necesito jugar a un juego de Feld. Cada vez hablais mejor de sus juegos y yo solo he podido catar el Roma…
Pues a mi Roma me encanta…. 🙂
Para mi también ha sido una gran incorporación que ha hecho olvidarme de otras juegos que tenía pensado probar. Espero que cuaje bien en tu grupo de juego ;). Ya contarás…