Un juego de carreras con solera pero que sigue funcionando magníficamente. Es divertido, es ágil y es muy emocionante, con conceptos mecánicos bastante sencillos pero efectivos. Lo más destacable es el concepto del hándicap y que los jugadores tengan que evaluar qué hacer en cada ronda y donde posicionarse para no verse atascados. Sus mayores problemas son la escalabilidad, ya que es un juego que necesita un mínimo de seis jugadores para que resulte interesante sin necesidad de apaños y que la influencia del azar en momentos puntuales pueden marcar el destino de una carrera. También hay que advertir de su espartano aspecto (lleva siendo la misma edición más de veinte años). Pero con todo, es un juego altamente recomendable.