Un abstracto de cartas suficientemente bien hilado como para que uno no tenga la sensación de que nos han vendido un producto cualquiera con una licencia potente. Durante unos veinte minutillos estaremos realizando proyecciones para intuir los movimientos de nuestro rival y así actuar en consecuencia. Su peor defecto es que no escala adecuadamente bien y que, para ser un abstracto, hay muchas mejores opciones. Pero no está mal.