Un juego económico en el que tomamos el control de una empresa naviera cuyo objetivo será acumular el mayor prestigio posible comprando los mejores barcos, desplegándolos en diversas rutas sobre las que intentaremos construir puestos comerciales y realizando transportes con los mismos para obtener ingresos con los que adquirir nuevos navíos. La mecánica principal es una gestión de la mano de cartas con una pincelada de construcción de mazos muy elegante y que, una vez dominada, dotará de gran ritmo a la partida. Su mayor defecto es que en las primeras partidas podemos llegar a caer en la monotonía al no controlar lo que sucede sobre el tablero. También juega en su contra que, al ser una puntuación visible y evaluable en cualquier momento, pueda perder interés el final de partida en caso de que algún jugador se haya destacado demasiado. Y no escala bien del todo, funcionando óptimamente con el máximo número de participantes. Pero, por lo demás, un juego muy interesante que gana con cada partida.