Un juego infantil de esos que los adultos también disfrutan. Un juego engañoso pues, aun teniendo una relativa carga de habilidad, se trata más bien de un juego de completar patrones que nos exigirán apilar bloques en diversos espacios y con un orden concreto. Con una explicación simple, ofrece buenos momentos e, incluso, invita a repetir. La mayor pega que le encuentro es que no incluya una variante enfocada a jugadores más avanzados para reducir el factor azar a la hora de completar objetivos, aunque nadie impide que se apliquen reglas caseras. De todos modos, el juego resulta bastante satisfactorio.