Se nos vende como un 4X con mecánica principal de dice-building. Efectivamente, tiene sus cuatro equis (exploración, extracción de recursos, expansión y exterminio), pero la mecánica principal es tan dominante que encorseta a los jugadores, perdiendo la esencia de este tipo de juegos. Es una pena porque el diseño tiene elementos más que interesantes, como la gestión de las reservas de cubos de influencia sobre el tablero o las distintas vías para detonar el final de la partida (que influyen mucho en el ritmo). Y, aunque el acabado visual podría ser mejor (teniendo en cuenta al artista), la producción no está mal.