Un party game de preguntas comprometidas cuya diversión depende del grupo en el que se decida sacar a mesa y que dependerá más del golpe de efecto que se genere al leer las irreverentes preguntas que porque mecánicamente tenga un mínimo de interés. Podría resumirse como una sucesión de chistes de humor negro que, una vez que se guarde en la caja tras una primera experiencia, rara vez volverá a ver mesa. Y todo esto en el caso de que los integrantes del grupo tengan confianza y se dejen llevar, porque en muchos otros casos los jugadores se sentirán incomodos desde el primer momento, no teniendo nada a lo que agarrarse.