La Marcha del Progreso es un juego para 2 jugadores que recrea conflictos bélicos a lo largo de la historia de una forma abstracta y muy resumida que no consigue ofrecer mucha variabilidad entre partidas ni épica en las mismas. Es un juego plano que tiene unas mecánicas cuidadas pero no consigue transmitir emoción en las batallas. El azar en el juego no tiene presencia y puede que sea la razón de la falta de épica.
Un ejemplo de cómo intentar condensar demasiado un tipo de juego puede condenar la experiencia de juego. Las partidas son monótonas y carentes de emoción. Cuesta imaginar un contexto en el que este juego pueda resultar satisfactorio. Lo poco que se puede destacar del diseño son las peculiaridades de los escenarios que relejan las características de cada conflicto, pero resulta insuficiente.