Un juego de corte abstracto que luce espectacular desplegado en mesa gracias a una producción de altos vuelos (nunca mejor dicho), pero que encierra más de lo que uno podría esperar. Es un juego exigente que requiere una capacidad mental a la hora de combinar movimientos que puede incluso llegar a frustrar a jugadores ocasionales. No es algo exagerado, pero sí que puede sorprender a más de uno. Tal vez su mayor pega sea que las cartas de objetivo esconden ciertas combinaciones que pueden desequilibrar la partida en favor de un jugador afortunado, además de que creo que no escala del todo bien, siendo a cuatro jugadores como mejor funciona. Con todo, es un juego tenso, ágil, entretenido y cuyas partidas se finiquitan en poco más de media hora.