Uno de esos juegos del doctor Knizia en el que claramente se pasa de frenada en cuanto a la influencia del azar en el desarrollo de la partida. Es cierto que si la suerte no se ceba negativamente con ninguno de los jugadores, hay cierta tensión a la hora de ir desplazando los distintos peones mediante el uso de las cartas en la mano, teniendo momentos interesantes en cuanto a la gestión de los tiempos. Pero, desgraciadamente, estos serán los menos, y al final tienes la sensación de que el juego no te deja margen para darle la vuelta a una situación adversa. Lo único que se salva es la maravillosa producción de IELLO (en esta versión). Pero no es suficiente para conseguir una mejor nota.