Uno de esos clásicos que debería estar en la ludoteca de todo eurogamer que se precie. Un juego que inventó el concepto de colocación de trabajadores con dados, jugando además con agrupaciones y añadiendo un punto de azar que tal vez no era muy habitual en este tipo de diseños. Es tenso, es divertido y con una premisa, aunque sencilla, efectiva. Es cierto que es un juego que tiene sus problemas y cuyas virtudes (muchas y variadas) no terminan de compensar completamente, destacando especialmente una estructura de partida poco elegante con demasiadas fases, una escalabilidad algo pobre (el juego funciona bien a cuatro o cinco jugadores) y una rejugabilidad algo ajustada. Esto último queda resuelto de forma definitiva gracias a esta segunda edición, que incluye todos los módulos publicados para el juego y que le otorgan una gran vida.