Un juego de habilidad bastante festivo en el que los jugadores utilizarán banderolas para impactar sobre objetos sobre un área de juego delimitada con una cuerda. El juego es muy vistoso y tiene ideas interesantes, como el uso de un pulpo como elemento intermedio para generar bloqueos y atacar a otros jugadores. Sin embargo, le falta chispa, siendo una de las principales causas una preparación de partida demasiado aleatoria que puede generar situaciones muy injustas que borran gran parte de la diversión. Lo mejor, sin duda, es la producción, con un despliegue en mesa tremendamente atractivo. Incluye tres variantes que aportan elementos llamativos, pero no lo suficiente como para conseguir una mejor calificación.