Un peso medio-ligero que plantea una carrera por ser quien primero introduzca a todos sus magos en un castillo que se va desplazando utilizando unas torres que también avanzan y se apilan entre ellas, lo que lleva a poder encerrar a los magos. Es de esos juegos de corte familiar en el que se mezcla a partes iguales un objetivo relativamente solitario con tener que poner palos en la rueda a los rivales para que no lo consigan. Lo mejor es el uso de la memoria y los juegos de trileros que ocurren con las torres, que si uno anda despistado se puede llevar media partida buscando a un mago escurridizo. Lo malo es que el desarrollo es demasiado plano, dependiente del azar y con un cierto patrón que hay que cumplir. Los hechizos parecen un intento de añadirle la sal que le falta, pero no llegan a ser suficiente.