Otro juego con la naturaleza como ambientación en el que cada jugador deberá desarrollar un hábitat a base de plantas, arboles, fauna, clima, etc. Se mezclan las mecánicas de colecciones y forzar la suerte para un sistema de selección de cartas interesante que se ve diluido por un impacto del azar tal vez mayor del deseable, especialmente al tener algunas cartas que proporcionan cantidades variables de puntos. Es de esos juegos que te deja un buen sabor de boca de primeras, pero a medida sale a mesa, ese impacto inicial se diluye rápidamente al tener la sensación de que no hay tantas decisiones que tomar. Eso sí, a nivel visual es un auténtico espectáculo, con un trabajo soberbio por parte de Vincent Dutrait.