Un económico que se comporta como un filler, con una explicación de cinco minutos y partidas que no duran más de media hora, con una premisa fresca presentando un juego de subastas en el que no hay dinero en metálico, sino que los jugadores emiten deuda para adquirir empresas que proporcionarán puntos según diversas colecciones. La cosa es que quien más dinero gaste será eliminado de la partida en el recuento final. Y esto genera una dinámica de deducción en función de la información que se va recopilando durante la partida que funciona muy bien, tensionando a los jugadores hasta el último momento. Como aspectos negativos, una escalabilidad mejorable (como funciona bien es a cuatro jugadores) y algunas situaciones en las que el azar puede generar algún desequilibrio, pero nada especialmente importante.