Un eurogame de peso medio tirando a ligero, con mecánicas convencionales y que no arriesga demasiado a la hora de plantear una premisa bastante recurrente en este tipo de diseños, esto es, conseguir recursos mediante colocación de trabajadores para, acto seguido, gastarlos en cartas de pedido. Llama la atención que los espacios de acción van evolucionando durante la partida, haciendo que el interés por ellos vaya variando. Pero donde verdaderamente el juego alcanza otra dimensiones es gracias a su nivel de producción y su tremendamente adorable aspecto visual, convirtiéndose en un gran producto gracias a un precio tremendamente competitiv.