Barrage es un juego de colocación de trabajadores de 1 a 4 jugadores en donde usaremos agua como recurso común a todos los jugadores para producir electricidad a través de nuestras presas. Un juego con una explicación muy asequible y que nos obligará a estrujarnos el cerebro para sacar el máximo jugo a nuestras acciones. Un gran juego al que le ha faltado algo para llegar a la categoría de top al menos en mi caso.
Un diseño con mecánica principal de colocación de trabajadores altamente exigente y con un nivel de interacción poco habitual. Como detalle original, el uso de una rueda que simula el tiempo de construcción de los edificios y que mantiene bloqueadas las tecnologías y los recursos necesarios para ello durante una serie de ciclos. Toma muchos elementos de grandes juegos y, en términos generales, es uno de los mejores diseños de 2019. Su mayor problema es haber sido publicado mediante una campaña de micromecenazgo, algo que la editorial ha aprovechado para trocear el juego y publicar de forma directa una primera expansión que se siente parte del diseño original y que, con ella, es cuando se puede disfrutar de una experiencia completa. Si encima le añadimos la mala elección de materiales y formas para muchos elementos, pues, a pesar de ser de lo mejor del año, no queda más remedio que bajarle un escalón.