Un filler de cartas muy entretenido en el que los jugadores se ven inmersos en una carrera por ser quienes más puntos de victoria acumulen para cuando se detone la ronda final (algo que ocurre cuando un jugador alcanza o sobrepasa los cuarenta puntos). Mecánicamente es muy sencillo y directo, con un peso preponderante de las colecciones, aunque sin dejar de lado el draft y la gestión de la mano. Para intentar evitar caer en la monotonía se incluyen una serie de artefactos que aportan un punto de variabilidad. Con todo, es un juego del que no se debe abusar porque no muestra una gran profundidad en la toma de decisiones. Pero dosificado adecuadamente, es un juego bastante recomendable.