Un eurogame de peso medio-duro que mezcla rondel con mancala de forma estimulante, dando pie a partidas muy tensas en las que cada turno es un pequeño juego de malabares en el que intentaremos coordinar ambas mecánicas de la forma más efectiva posible. Es cierto que tal vez es demasiado directo y puede hacer que haya ciertos patrones de los que es difícil escapar en los primeros turnos (aunque es complicado poder hacer lo que uno quiere cuando uno quiere). Y el sistema de seguir a los demás jugadores puede desembocar en un desarrollo de la partida algo irregular. Pero, con todo, es un juego muy tenso, entretenido y es exigente. De esos diseños que te deja con ganas de más porque notas que estás siempre con el agua al cuello y te falta algo para haber hecho