Un juego de desarrollo de cartas en el que los jugadores compiten por invocar al divertido primigenio en esta especie de parodia de los juegos inspirados en el universo de H.P. Lovecraft. Como juego de desarrollo de cartas no es que muestre grandes innovaciones, pero lo que hace, lo hace bien. Es un juego ágil, entretenido en el que los jugadores buscan generar la mayor inercia posible para ganar en una carrera. Creo que como mejor funciona es a dos jugadores, sobre todo por ese detalle de saber qué acción se le niega al rival. Es cierto que tal vez se puede hacer algo repetitivo al ser las acciones muy sencillas y los efectos de las cartas estar muy orientados a los recursos, pero, en general, cumple con su cometido y deja un buen sabor de boca tras cada partida.