Un juego de corte abstracto en el que los jugadores van a luchar por el posicionamiento en una isla que ellos mismos van a ir desarrollando desplegando y apilando losetas para conseguir los recursos necesarios con los que colocar nidos. Es un juego ágil y con más sutilezas de las que tal vez en una primera partida se aprecien. La gestión de la mano de losetas tiene más enjundia de la que parece y los bloqueos son la salsa de las partidas. Es cierto que tal vez puede hacerse algo repetitivo en esas primeras partidas y que a tres o cuatro jugadores el punto de caos puede generar situaciones frustrantes. Para mí a dos jugadores es como mejor funciona aun perdiendo esa dinámica que conduce a los jugadores a discutir para intentar persuadir al jugador en turno de que actúe de cierta forma. Creo que cumple con lo que se propone y, como producto, es muy atractivo.