Un diseño que simplifica al máximo los conceptos de los juegos económicos de trenes, hasta el punto de que hay algunos que llegan a un grado de abstracción que puede provocar alguna confusión en casos puntuales, aunque la realidad es que el autor ha conseguido un destilado muy destacable. El problema principal del juego es que tanta simplificación conduce a una dinámica de juego abstracto (táctico a más de dos jugadores, y ajedrecístico a dos) que puede resultar monótona o poco interesante a jugadores que estén acostumbrados a ese punto de caos típico de estos juegos, en los que calcular no es algo fácil. Con todo, creo que el trabajo de concentración de conceptos merece un halago al autor. Además es un juego que ve mesa con facilidad por su agilidad y corta duración. Muy recomendable.