Un filler que parece un compendio de conceptos presentes en grandes fillers. Selección simultanea de acciones, apuestas ciegas, colecciones con un acumulado por colores y que van a conformar la mano para la siguiente ronda son algunos de estos conceptos que, en los juegos de los que provienen funcionan como un reloj pero aquí no terminan de engranar adecuadamente, pudiéndose dar situaciones en las que un jugador apenas tenga margen de maniobra más allá de un par de turnos en la ronda, lo que puede resultar bastante frustrante, forzando a jugar a números altos para equilibrar estadísticamente las probabilidades. Es cierto que la segunda y la tercera ronda permiten una toma de decisiones con mayor información gracias a que casi todas las cartas en juego se han visto en la ronda anterior, pero la primera es un ligero festival del caos y el azar. Da la sensación de que el autor ha querido compensar los problemas propios de los conceptos que ha combinado, consiguiendo el efecto contrario.