Se ha ganado por derecho propio ser una referencia en el género de los juegos de agilidad mental/física. Sencillo de explicar, con un nivel de producción más que interesante y con unos tarugos de madera muy atractivos. Lo mejor del juego son las condiciones de evaluación contrapuestas, que harán sudar a más de uno por la tensión. Lo único malo es que hay que tener cuidado, porque un fantasma que salga despedido tras un forcejeo puede causar algún destrozo importante.