Probablemente el mejor juego de mesa con temática pirata hasta la fecha. Un juego ambiguo en el que podremos limitarnos a ejercer de transportistas o entrar en conflicto con otros navíos (de jugadores o controlados por el juego) para hacernos con el botín que transportan. De mecánica asequible pero con una gran casuística. De esos juegos para disfrutar en una tarde sin estar constantemente pendientes del reloj (el entreturno puede hacerse un poco largo en muchas ocasiones).