El segundo título de la Trilogía de la Mascara y el que mayor carga táctica presenta. Es de esos juegos en los que tus primeros turnos son caóticos, sin tener un objetivo definido al estar el tablero prácticamente virgen. Sin embargo, a medida que los turnos se suceden, los elementos por los que competir se van aclarando, lo que lleva a un nivel de interacción muy elevado. Esa carga táctica juega en su contra en cuanto al análisis-parálisis que pueden sufrir algunos jugadores al tener tantas opciones para analizar, así como una importante influencia en el orden de turno (las opciones en un turno estarán supeditadas a la toma de decisiones del jugador anterior). No siendo el mejor diseño de la trilogía, a mi es el que mejor sabor de boca me deja, con partidas tremendamente tensas.