Uno de los juegos infantiles que ha logrado perdurar en el tiempo, algo al alcance de muy pocos. Y tiene la gran ventaja de ser disfrutable por adultos y niños casi a partes iguales. Incluso solo por adultos si se enfoca como competición o juego de chupitos. Un sistema de palancas con las que tendremos que evitar que un aviador robe nuestras gallinas, que servirán como puntos de vida. Su principal problema es que solo es realmente disfrutable a cuatro jugadores, pero la satisfacción es suprema cuando los cuatro puestos están ocupados.