Una propuesta que deja sensaciones encontradas. Por un lado, nos encontramos ante un diseño mecánicamente accesible, con un sistema de draft y colecciones que, mediante una gestión de combos sencilla, consigue que las partidas sean ágiles y entretenidas. Sin embargo, aunque el atractivo de explorar caminos alternativos en los relatos es un gran aliciente para los fans del lore, el conjunto adolece de una grave desconexión entre narrativa y mecánica. El juego se siente interrumpido constantemente, alternando parrafadas de texto con esta fase de recolección de símbolos que provocan que el jugador acabe olvidando lo que le acaban de contar. Esto deja al título en una incómoda tierra de nadie: resulta un producto demasiado pomposo y sobreproducido para lo que ofrece como juego ligero, pero a su vez se queda corto como experiencia narrativa al no plantear decisiones verdaderamente sustanciales.
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