Un diseño que refina Dwellings of Eldervale con una mayor profundidad estratégica, gracias a cinco tracks de desarrollo que ofrecen flexibilidad y combos interesantes, un sistema de puntuación menos redundante y módulos que potencian los turnos de reagrupamiento, dotando al juego de una potente sensación de progreso. Sin embargo, la excesiva duración debida principalmente a los turnos de reagrupamiento en fases avanzadas de la partida rompe el ritmo, generando tiempos muertos demasiado extensos. El combate, con su sistema de puntería, pierde la emoción épica del original, y la expansión del mapa, atada a eventos aleatorios, ralentiza el juego y reduce el control estratégico. Con todo, me parece un buen diseño.
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