Un diseño que captura de forma tremendamente efectiva la esencia de la especulación inmobiliaria. La dinámica de mercado, con su oferta y demanda, se refleja de forma intuitiva mediante la gestión de parcelas, la construcción de edificios y la atracción de inquilinos, creando una competencia constante por maximizar beneficios. La fase de subasta inicial, aunque simple, añade tensión al determinar el orden de turno, mientras que el sistema de tiradas de dados para atraer inquilinos, modulado por la publicidad, introduce un punto de azar coherente con lo que se intenta representar (aunque puede generar situaciones frustrantes si no se ha invertido en publicidad). El ritmo ágil de las partidas y la claridad de las acciones aseguran una experiencia fluida, donde la clave reside en saber cuándo vender para optimizar ganancias antes de que estalle la burbuja inmobiliaria. Aunque el final puede sentirse algo abrupto en ciertas partidas, el juego logra transmitir la emoción de invertir y especular en un mercado dinámico. De esos juegos que pueden generar momentos para el recuerdo y que pueden disfrutar cualquier tipo de jugador.
                
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