Una propuesta fresca y original en lo que a tema se refiere al centrarse en la simulación vital del paso de la niñez a la adolescencia. El sistema de tracks de estado de ánimo, combinado con la ingeniosa mecánica de la frustración para gestionar el impacto del azar, ofrece un puzle de optimización donde los reveses se convierten en oportunidades, permitiendo a los participantes tejer historias orgánicas y muy divertidas sobre la amistad y el desarrollo personal. Si bien es cierto que la experiencia de juego depende en cierta medida de la predisposición del grupo para abrazar esa narrativa emergente por encima de la pura mecánica, el diseño proporciona herramientas sólidas para que las decisiones tácticas cobren un sentido emocional. La necesidad de planificar a largo plazo mediante las presencias proporcionan un enfoque estratégico suficientemente satisfactorio. Si buscáis un eurogame de encadenar combos tal vez no sea el diseño más adecuado. Pero, dosificado adecuadamente, da pie a partidas muy divertidas con los jugadores adecuados.
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