Una vuelta del Lacerda que todos esperamos cada vez que se publica uno de sus diseños, aunque sin rallar a un gran nivel. Le da una vuelta de tuerca al clásico sistema de colocación de trabajadores que ha utilizado en casi todos sus diseños para que sea el propio jugador quien se bloquee a sí mismo, siendo el leitmotiv del juego la búsqueda continua de caminos alternativos para resolver determinadas acciones, algo que llega a ser muy satisfactorio cuando se consigue (o muy frustrante cuando no). Lo que le hace bajar varios puntos es que, con todo, es difícil conectar con el juego al haber recurrido a un tema tan abstracto y que, aun no teniendo muchos turnos por jugador en una partida, esta se alarga de forma casi irremediable, aun habiendo recurrido a soluciones un tanto burdas. Y no escala muy bien que digamos, siendo tres su número. Con todo, creo que es un juego que para los aficionados a este autor disfrutarán, pero quedará lejos de sus mejores diseños.
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