Reseñas

Uno de los juegos más elegantes que han sido publicados en los últimos tiempos, con una mecánica muy sencilla de explicar, pero que esconde una gran profundidad. Y el sistema de puntuación permite que los jugadores estén metidos en la partida hasta el final, ya que es muy complicado evaluar la situación de la misma. Le impide llegar a lo más alto una escalabilidad no tan buena como el resto del conjunto y un desarrollo que a veces resulta ligeramente monótono.

Juego sencillo y de aspecto agradable de colocación de losetas en el que tendremos que conformar un planeta repleto de elementos y personajes extraídos directamente de la obra literaria. Tiene ideas interesantes y, al menos, las primeras partidas entretiene, pero el jugo se le agota rápidamente, aunque es posible que a los fans del libro no les desagrade (del todo).

Filler curioso y original en cuanto a su concepción, esto es, hacer edificios con dados que representan los distintos materiales, buscando alcanzar la fama y la gloria recibiendo galardones de todo tipo por nuestros magníficos diseños. Muy entretenido y con una pequeña curva que nos obligará echar unas cuantas partidas antes de llegar a dominar el juego, a pesar de ser tremendamente sencillo. Gran nivel de producción, tal vez su peor defecto es que no escala demasiado bien, siendo recomendable a cuatro jugadores, pasable a tres.

Broom Service toma un diseño con unos años ya como es Witch's Brew (de uno de los autores) y ofrece un juego de tablero que proporciona las mismas sensaciones que este filler en cuanto a diversión, pero con mayor profundidad. Una mezcla de Pick-Up & Deliver y Push Your Luck que funciona maravillosamente, generándose un juego psicológico que funciona mejor cuantos más jugadores haya en la mesa (lo recomendable es 4 o 5).

Es ese juego que recomiendas cuando alguien te pregunta por un juego para regalar. En él nos convertiremos en bandidos asaltando un tren mediante programación de acciones que se resuelven posteriormente (en el mismo orden). Extremadamente divertido gracias al caos generado y a las pifias cometidas casi de forma constante. Obviamente aquellos que solo disfruten con el control absoluto no verán nada especial en este título. Mención especial para el alucinante nivel de producción a un coste mucho mas que aceptable.

Juego de habilidad que nos transporta a nuestra más tierna infancia. Volveremos a sentir que estamos en el recreo jugando a las chapas, aunque realmente seamos adultos correteando alrededor de una mesa porque nos toca. Una producción soberbia que depara magnificas experiencias cuya satisfacción está directamente relacionada con el número de participantes en la misma, es decir, que cuantos más mejor.

Gran juego de apuestas que proporciona unas buenas dosis de emoción en cada carrera y un control mayor del habitual al que estamos acostumbrados en este tipo de juegos. A pesar de tener una mecánica sencilla y asequible, la carta de iconos puede suponer una curva de entrada demasiado elevada para el público familiar, objetivo principal del juego. Prohibido jugar al modo sencillo, ya que priva al diseño de lo que le aporta valor

Madeira es uno de esos diseños que parece hecho por partes. Aquí nos encontramos una cantidad importante de elementos y reglas que interconectan el conjunto y que requieren un esfuerzo importante por parte del jugador para llegar a tenerlo todo controlado. En una palabra, farragoso. Una vez alcanzado un grado suficiente de conocimiento, el juego es disfrutable, ya que todo está muy bien engranado, pero, aun así, te deja una sensación agridulce.

Peculiar filler que exigirá algo más a los jugadores que los típicos juegos de cartas para rellenar huecos gracias a ese sistema de modificación de la condición de victoria y tener que finalizar tu turno ganando. Cada turno es un pequeño puzle del que tendremos que intentar salir con vida utilizando las piezas (cartas) que tengamos en nuestro poder. Es cierto que la primera partida puede dejarte descolocado, pero el juego es muy adictivo, a pesar de tener una carga táctica elevada.

Un gran party. Uno de esos juegos que incita al personal a hacer un poco el ganso y que depara muchas risas si los jugadores se desprenden de su sentido del ridículo. Viene muy bien para intercalar entre juegos más pesados y echar unas risas o, directamente, para sacar con la familia o amigos. Eso sí, mantened lejos este título de jugadores sosainas que han desterrado al niño que llevaban dentro.

Una buena fusión de colocación de trabajadores y control de áreas (mayoría). Duración contenida, ritmo trepidante con poco entreturno, interacción en su justa medida y una edición decente. Muy entretenido. Su edición es que sea santo de mi devoción, pero no afecta de forma excesivamente importante a la experiencia de juego

Super Rhino! es uno de los juego del catálogo de HABA que mejor funciona con jugadores de todas las edades. Una genial fusión entre UNO y Animal sobre Animal que satisfará tanto a los más pequeños como a los más creciditos. Con una edición magnifica, como suele acostumbrar la editorial, y una relación calidad/precio difícil de superar. Tal vez lo único achacable es, como en la mayoría de los fillers, que puede quemarse fácilmente si se abusa de él.

Muy buen juego, sencillo de explicar y con una ambientación interesante. Permite partidas ajustadas en tiempo y que proporcionan muy buenas sensaciones. A pesar de su gran rejugabilidad, es posible que a jugadores con gran bagaje les pueda saber a poco

Muy buen juego de mayorías, con un nivel de interacción elevado y que seguramente satisfará a jugadores de todas clases (me atrevería a decir incluso que más a los eurogamers). Tal vez una de sus virtudes, su aspecto, sea también su mayor elemento en contra, ya que, siendo un juego tremendamente entretenido, el poso que nos queda tras cada partida puede no llegar a justificar el coste asumido con su compra, pues tampoco nos ofrece nada que no hayamos visto ya en otros juegos similares con cubitos y sin tanta parafernalia.

Sencillamente, EL JUEGO DE BAZAS. Una vez que lo pruebas, se convierte en el referente a la hora de comparar. Adictivo y profundo, lo único malo que podemos decir de él es que es exclusivo para cuatro jugadores.

Probablemente el diseño mejor reconocido de Stefan Feld. Un juego que funciona como un reloj, con sus combos, sinergias y ese puntito de azar gracias a unos dados que habrá que gestionar para expandir nuestro dominio de la forma más eficiente. Jugado de forma fluida (sin parones) es tremendamente entretenido. Pero como los entreturnos se alarguen puede ser un suplicio.

Un juego para dos jugadores con una mecánica de colocación de trabajadores sobre un tablero rectangular formado por cartas. Lo más llamativo es que estos solo se pueden colocar en las cartas perimetrales, de forma que los cruces que se generan al trazar líneas perpendiculares imaginarias activan otras cartas, llevando la interacción indirecta entre las partes un paso mas allá. Los jugadores gestionarán recursos para acumular cartas de tribu con las que anotar puntos de victoria y habilitar diversos efectos.

Reimplementación de Union Pacific. Un juego que mezcla construcción de redes de comunicación con gestión de acciones. Los jugadores irán ampliando diversas aerolíneas mientras invierten en ellas de cara a unas fases de puntuación que no se sabe a ciencia cierta cuando van a ocurrir. Sería el siguiente paso a ¡Aventureros al Tren! en cuanto a juegos de ferrocarriles se refiere.

Para mí, el mejor diseño de Reiner Knizia. Un juego de colocación de losetas y mayorías que enfrenta a los jugadores durante el auge y declive de los pueblos en la antigua Mesopotamia. Mecánicamente muy asequible pero con una profundidad increíble, que requiere de varias partidas antes de llegar a comprender lo que ocurre en el tablero. Aunque funciona a 2 jugadores, lo recomendable es jugar a 4.

Uno de esos juegos familiares caóticos que suele gustar tanto a jugadores ocasionales como aquellos con más experiencia en el mundillo. Tremendamente divertido, con un nivel de interacción por encima del habitual y con un nivel de producción espectacular. Los jugadores controlan una serie de meeples que deberán poner a salvo de una isla que se está hundiendo en un mar infestado de hambrientas criaturas. Nunca rechazaría una partida. El revanchismo estará a la orden del día, dejando de importar la victoria y solo pensaremos en vengarnos de quien nos la acaba de jugar.